Buscar este blog

sábado, 9 de noviembre de 2013

Análisis Puppeteer (PS3)


La magia de un teatro de marionetas.

Hace poco, Japan Studio se encargó de hacernos llegar su última obra: Puppeteer, un siniestro cuento de hadas aparentemente infantil, con el que pronto nos daremos cuenta de que no lo es.
¿Merece la pena asistir a este teatro? ¡Veámoslo!


La historia nos sitúa en la Luna, donde el Rey Oso Luna, les está robando las almas a los niños de la Tierra para aumentar su poder y, posteriormente, convertirlos en marionetas.
Nuestro protagonista, Kutaro, es uno de esos niños al que además, el Rey Oso Luna le ha arrancado la cabeza. No obstante, se encuentra con que la bruja Ezma Armita, le encarga la misión de robarle al Rey unas tijeras mágicas llamadas Cálibrus con la ayuda de Ying Yang, su gato.

Pero la historia se complica un poco cuando, en nuestra misión, nos encontramos con Pikarina, la hija del Sol, a la que también rescatamos y, una vez hecho, nuestra misión será recolectar los trozos de Piedra Lunar, para que con su ayuda, podamos revivir a la Diosa de la Luna y asi derrotar al Rey Oso.

Con esta " introducción" podemos observar que es uno de los juegos de plataformas, si no el que más, que tiene la historia más profunda que hemos visto en un juego de estas características, sin embargo en un juego prima la jugabilidad. ¿Cómo funciona, pues, Puppeteer?


Puppeteer se comporta como un juego de plataformas clásico en 2D, en donde para atravesar los escenarios, deberemos saltar para atravesar obstáculos, acabar con los gorgojos, que son enemigos que contienen un alma de un niño que debemos rescatar con la ayuda de nuestras tijeras.

Y es que las tijeras son un pilar fundamental en Puppeteer, pues hay muchas secciones donde deberemos avanzar cortando cosas como hojas, plumas, telarañas... y ademas nos sirve como arma.

Pero como he dicho antes, Kutaro no tiene cabeza, y debe recogerlas del escenario para vivir.
Hay dos tipos: Las cabezas de héroe son parte del alma de unos caballeros que intentaron acabar con el Rey Oso Luna, y son cabezas que nos otorgan habilidades especiales como un escudo o lanzar bombas, por ejemplo.

El segundo tipo son el resto de cabezas, sin aparentemente ningún motivo de existencia más alla del aspecto estético del personaje, pero no es así. Esas cabezas nos sirven como vida , ya que si nos golpean, las perderemos y tendremos un tiempo limitado para volverlas a coger.
Solo podemos llevar 3 cabezas al mismo tiempo pero en realidad hay 100 en todo el juego. 100 cabezas que deberemos obtener a modo de coleccionable. Además, todas las cabezas cuentan con una acción especial, que si activamos en el momento oportuno del escenario, podremos acceder a fases extra de bonificación.

Este es el mejor enlace para hablar de las chispas de luna, pequeños diamantes que funcionan exactamente igual que los anillos de Sonic, monedas de Mario, plátanos de Donkey Kong etc. Si cogemos 100, tendremos una vida extra aunque, en este juego, no están especialmente valoradas, ya que es un recorrido bastante asequible..

Con este tipo de jugabilidad nos abriremos paso a través de todos los escenarios siempre cambiantes. Estamos en un teatro y de vez en cuando hay que cambiar el decorado, aunque sea como excusa para poner un punto de control.
No me puedo olvidar de los continuos diálogos del narrador, ya sea para contar lo que ocurre o para discutir con Pikarina, y es un detalle que hace que nos olvidemos de que estamos jugando para transportarnos a un teatro.

Después de todo , lo último que deberemos hacer es derrotar a un jefe de final de fase con patrones no siempre fáciles de advertir, para que , al final , logremos rescatar las almas de los niños.

La narrativa en este juego es muy importante. Tal es así, que en cada acto se nos contará una historia para vivir una aventura dentro de ese acto, es fascinante ver como nos podemos olvidar tan fácilmente de que nuestro objetivo principal es derrotar al Rey Oso Luna.


Ese puede llegar a ser uno de los principales problemas de Puppeteer, se comporta como una experiencia audiovisual intensa que casi le da más protagonismo que a la jugabilidad.
Hay coleccionables y las fases son altamente rejugables, pero hay tanto diálogo y son tan largas, que impiden que vayamos al grano. Suelen durar 20 minutos y si nos hemos perdido una cabecita deberemos empezar otra vez todo el nivel solo para ir a buscarla.


Sin embargo, no lo voy a considerar un punto negativo este apartado, al menos para la primera partida que hagamos en Puppeteer, pues disfrutaremos un montón viendo los detallados escenarios, los magníficos diálogos y la excelente música en un juego verdaderamente único.
Como extra tenemos un multijugador cooperativo para encontrar las cosas que nos faltan y unos cuentos audiovisuales maravillosos.

¿Qué hacer tras acabar el Modo Historia?
Podemos intentar encontrar todas las cabezas, los diamantes grandes, todas las fases extras, todas las almas de los niños, escuchar los cuentos narrados que nos muestran como era la vida de los persojanes antes de la obra y conseguir los trofeos, que no son fáciles.

¿Qué le falta a este juego?
La posibilidad de ir un poquito más al grano y, a mi particularmente me gustaría una opción de pantalla completa, es decir, sin los telones y el escenario en medio, que siempre están, además de que es un juego muy fácil de terminar ( que no de completar )

CONCLUSIÓN Y OPINIÓN.

Puppeteer me ha entantado, ha sido una historia magnífica contada de una manera espectacular, me han encantado los diálogos, y como se ha desenvuelto el teatro con la jugabilidad, pero hay veces que quieres estar atento a todo y no puedes escuchar y jugar a la vez.

El juego es único e inigualable, recomendado para todo el mundo excepto para los niños.

GRÁFICOS 2.5+3+3+0 = 8.5
SONIDO 4.5+2+3 =          9.5
JUGABILIDAD =               7.5
DIVERSIÓN =                   10
DURACIÓN =                   7.5
REJUGABILIDAD =            8 

TOTAL                                           51 / 60 ( 8.5 )
VALORACIÓN PERSONAL       38 / 40 ( 9.5 )

RESULTADO FINAL        51+38 = 89 >> 8.9

No hay comentarios:

Publicar un comentario